Considerado animal exotico familiar
El mozo se encuentra siempre abajo, con los pies manchados de barro y la panza bien llena. No quiere ni de broma aparecer por el salón. Creo que nunca ha llegado a entrar. Evelia vino un día acompañándolo desde Albacete y ahí se quedo, abajo. Trasteando en el jardín, asomando su pitorro al huerto, de obra en obra ofreciendo sus frescos caprichos, y que la temperatura no baje de 35 para trabajar a conciencia. Es servicial, atento, bucanero. Ayer descubrí que tiene similitudes con las Lanzaderas espaciales, y no miento. El, siempre mire al cielo.
Cautivados por el Efecto Botijo
2 Comments:
Muy bonita
Fresca visión,
me llena la boca de sabores a barro y anís,
a olores de corral,
y a falsas con futuros orejones,
a paz, a calma otoñal *
Publicar un comentario
<< Home